martes, 4 de septiembre de 2012

"REW" Por José I. Gómez Arrate


<<-¿Doña Marcela Toledo?, soy el doctor Sentamu, su hijo está bien, la operación ha salido perfectamente, no tiene de que preocuparse, ahora tiene toda la vida por delante.
- Como decano de la facultad de medicina de San Francis Hospital Nsambya, tengo el honor de entregar al señor Jhon Sentamu, el título de doctor en medicina 
- Señor Sentamu, su solicitud de beca para estudiar medicina ha sido aprobada. 
- Si señor Toledo, su aportación va integra a países en vías de desarrollo, intentamos crear  becas de estudios superiores en varios países. Le agradecemos mucho su generosa donación.
- Si señora Sentamu, es una vacuna nueva y muy eficaz contra el Ébola, no le hará ningún mal al niño, tendrá toda la vida por delante.
- Todos vacunados, y nos ha sobrado una dosis. Llévala al pequeño poblado de  Mahyoro, y al primer niño que veas de menos de siete años se la pones. No, no me mires así, es lo que hay.
- Tenemos para un envío inicial a Uganda de once mil vacunas. Cada vacuna nos costó 1,98 euros. Casi la mitad del dinero salió de nuestros socios, el resto de las cuestaciones populares. 
-  ¡Señorita Marcela Toledo!, no he conocido niña más cabezota en toda mi vida.-
- Pero mamá, en la escuela nos han dicho que hay niños que se mueren de hambre.
- Está bien Marcela, es tu paga semanal, puedes hacer lo que quieras con ella. La niña de 8 años, de pelo muy fino y claro, de mirada limpia y labios apretados, se acerca al pequeño tenderete de una ONG local,  y sin volver la vista hacia su madre que la mira con una mueca de orgullo, deposita en la cesta de mimbre una moneda de dos euros.
Alguien pensó una vez, que el mundo no es una unión de países, sino un único planeta.  >> José I. Gómez Arrate.

viernes, 31 de agosto de 2012

"Y en mariposas nos convertimos" Por Ana Castrillo Cutando


Una bandada de pájaros atraviesa el cielo cada día, es todo una coreografía solo conocida para sus aleados aspirantes. Todos baten sus alas al compás de ninguna canción. Nadie se escapa, cuanto más alto vueles peor será la caída. Cualquiera de nosotros se maravillaría mirando hacia arriba contemplando el baile final de despedida. Mientras tanto una minúscula corriente provoca que uno de nuestros pelos más finos se balancee, nadie se entera, solo ella; la mariposa. Una abatida imperceptible para el que no posee una mirada intrigante del mundo.
Un simple aleteo nada levanta, apenas un pequeño grano de arena. La cuestión es, si una mariposa arrastra algo tan insignificante, ¿qué ocurriría si participan en una unión por un objetivo común? La erosión aumenta conforme la solidaridad crece. Pasa lo mismo con la suma de bocanadas de aire; una de ellas no arrastrará nada, pero si las multiplicas el resultado constituye una fuerza aumentada exponencialmente según los integrantes del juego. Por alguna razón las aves forman grupos y nunca el migrar se practica como arte solitaria y separada del resto; “You´ll never fly alone”.
Y nosotros nos empeñamos en disfrazarnos de superhéroes con egos con su propio egocentrismo y, no nos damos cuenta de que no se llega a ninguna parte chocándote con todos. Lo más sensato no es dictaminarte tus propias normas, sino ponerlas en un común acuerdo y sacar algo positivo de todas ellas. Si nos atacamos a nosotros mismos no existirá defensa posible para aquellos cazadores furtivos sin escrúpulos capaces de acabar con cualquier atisbo de belleza flotante. Por eso, yo siempre despego con esta frase: Tú eres tú, yo soy yo, pero juntos ya somos dos.
Ana Castrillo Cutando

"EL PRIMER ALETEO" Por Rebeca Álvarez Rojas

En un día brillante, carente de nubes bloqueando el azul, la Princesa Celeste, recostada sobre un rayo de sol, observa con detenimiento a los misteriosos humanos que dan pasos indecisos en su camino, como si solo pudieran ver el suelo que están por pisar y no sintieran la compañía de otros que van a su lado, pasan sin percatarse de esa breve  brisa que desprende un movimiento vivo. La princesa envidia a esos humanos, odia el castigo que el Rey celestial le impuso: la separo del mortal que la amaba y perdió su corazón en el exilio, condenada a tejer nubes sobre el cielo terrestre en la eternidad, y recordando a su soledad  comienza a tejer nubes espolvoreadas lo más rápido que puede, pero sin descanso sus manos se debilitan y paran de tejer volviendo a sus sueños perdidos. Ella se resiste y, abatida, toma hilos de luz de  las estrellas,  con ellos une a los humanos formando una lúcida red que los dejará unidos a su mundo, que no los dejará sufrir. La red comienza a moverse impulsada por algo invisible,  por los sentimientos desprendidos que se esconden en palabras, en gestos, en miradas…y así las acciones cobran vida, sacuden los hilos hacia todas direcciones, columpiando a otros futuros sin importar lo alejados que parecían. Una mujer extiende su mano y recibe otra a cambio, un hombre canta un mensaje y penetra como viento invernal los oídos y los corazones de muchas más, todas estas acciones por minúsculas que sean  logran extender un soplo infinito que hace vibrar los hilos de luz que unen todo y solo así produce  el nacimiento de una mariposa que, resplandeciente entre aleteos, extiende el sentimiento que la vio nacer. Pero en ocasiones la mariposa cae en pleno vuelo cuando vacilan, cuando creen que sus palabras pierden el sentido. La Princesa se ata a los humanos deseando transformarse en una mariposa.
Rebeca Álvarez Rojas


"CICLO VITAL" Por Andrés Marciales


Abrió los ojos al llegar a éste mundo y el sol le regaló un brillo especial a su mirada. Intentó moverse, caminar, pero sus pequeños y débiles pies simplemente conseguían arrastrar su cuerpo. Aprendió a observar, donde otros solo logran ver. Y comenzó a fantasear con volar, cruzar el cielo. Se dedicó a luchar por sus sueños, no le bastaba soñar.  
Una noche, extrañando su preciado sol en medio del frío, sintió como una suave manta lo cubría. Agradeció el calor y cayó en una profunda siesta, que duró minutos, horas, días. Al despertar se descubrió con nuevas alas, como un adulto, capaz de hacer nuevas cosas, con más libertad, ahora podría llegar donde quisiese. Intentaría llegar al sol.
Celebraba sus renovadas fuerzas dando vueltas en medio del jardín de flores, cuando la conoció. Se buscaron, se olieron, se tocaron. Bastó un breve segundo para saber que eran el uno para el otro. Se amaron. 
Ella al poco tiempo tuvo sus primeras crías. Él ahora estaba más decidido a luchar, había encontrado en el amor el impulso que le faltaba. 
Decidió abrir sus alas y alzar el vuelo, hasta llegar a su más preciado tesoro: al sol. Voló, sin descanso, ni tregua, hasta fundirse en él. Desapareció en el dorado calor y se transformó en un pequeño rayo de luz que iluminaría los ojos de un niño que acababa de nacer.
Como el ciclo vital de las mariposas, debemos entender que nada se pierde, todo se transforma. Es un  ciclo sin fin. Un ciclo que lo envuelve todo. 
Andrés Marciales

"EL ALETEO DE LA VIDA" Por Mónica Monagas


Recuerdo que fue en ese momento cuando sentí dentro de mí un aleteo, un movimiento casi imperceptible, minúsculo, sutil como el de una mariposa que prueba volar por primera vez; fue en ese instante fugaz lleno de significado, de amor, de ilusión, que tuve la certeza de tu existencia y entendí la sacralidad de mi cuerpo que protegía una fuerza potente, infinita, maravillosa: Tu Vida.
Comencé a reflexionar sobre el hecho que esa vida que albergaba dentro de mí, no me pertenecería, que sería como un regalo precioso que debía hacer con mis propias manos para entregarlo al mundo. Serías un libro en blanco con infinitas páginas para escribir, tendrías todas las posibilidades abiertas, un futuro para conquistar, sueños para volar… 
Pensé, sentí: ¡Sí! Dependerás de mí, nacerás indefenso y aprenderás todo lo que digo, cómo lo digo, lo que hago, me imitarás en todo y por todo sin dudar, seguro al 100% que la vida es así.
¡Qué maravillosa oportunidad tenemos los padres para contribuir a un mundo mejor! Yo decidí enseñar a mi hijo que vale la pena ser gentil, sonreir, decir gracias y por favor, expresar sus sentimientos sin miedo, sin necesidad de ser violento, ganarse las cosas bellas, saber esperar, crear, compartir, imaginar, sonar, respetar el espacio y las diferencias de los demás. Yo decidí ser este tipo de madre, convencida de que el olvido de la sociedad acerca de estos valores, es también responsabilidad de todos los padres del mundo.
No es un camino fácil, pero estoy segura que si la mayor parte de estas enseñanzas conformaran su carácter, él trasmitiría a sus hijos y a aquellos que lo rodearán, estos mismos valores; atraerá a su vida personas similares y será sin duda un efecto multiplicador al infinito…de hecho ya lo es, porque desde que soy mamá, cada día trato de ser una mejor persona. 
Mónica Monagas

"EXTREMOS" Por Andrea González Cruz


En un extremo del mundo algo explota. Las ondas destructivas recorren la mitad del planeta. Los edificios de cristal se rompen. Las piedras revientan en miles de fragmentos que rebotan contra el pavimento y el suelo se abre y se traga el aliento de los árboles, la esperanza de las aves, el temor de las fieras. Mil guerras se petrifican en nombre del truncado final de mil historias. El agua serpentea hasta secarse. Resuena el último aullido del lobo sobre la tierra sangrienta. El eco se mezcla con el primer bramido del elefante sobre la tierra eufórica y bulliciosa. La hierba florece hasta encenderse como verde estrella. Al menos tres tríos de puntos suspensivos siguen el camino que estremece a la piel. La lluvia brota de los árboles. El viento florece como suspiro de un ave. El calor se desprende del pelaje de las fieras, y de su corazón. Las flores monumentales se extienden hacia las estrellas de acuarela. En un extremo del mundo, dos seres se abrazan.
Andrea González Cruz

"Las alas que te transportan cuando te paras y observas" Por Ana Julia Martínez Fariña


Cuando era todavía una niña de apenas cinco años, una mariposa multicolor se detuvo frente a mí, era como si me estuviera mirando desde su microscópico, desconocido y fantástico mundo de lepidóptero. Sentí como si ella se volviera gigante y sin palabras ni gestos, solo con su presencia me dijera como debía ser mi futuro.
Cuando cumplí la mayoría de edad, me disfracé de mariposa para un concurso y gané un substancioso premio en metálico con el que decidí emprender un viaje a tierras lejanas. Allí encontré el amor, formé una familia y fundé una ONG con el nombre de: “PÁRATE Y OBSERVA”.
Creo que si todos nos paráramos a pensar y a observar lo que hay a nuestro alrededor, buscaríamos las causas que originan los problemas y tras pensar en como solucionarlos, buscaríamos los medios para conseguirlo.
Está claro que me inspiré en mi propia experiencia infantil, la que me llevó a proyectar mi futuro en base a un imaginario mensaje que mi fantasía de niña llegó a alcanzar.
Soy feliz porque la vida que llevo se la debo a la mariposa multicolor y lo que estoy consiguiendo para los demás también ha sido gracias a ella.
Ana Julia Martínez Fariña