martes, 28 de agosto de 2012

"COMO BANDADA" Por Javier González Delgado


No se sabía por qué, pero cuando coincidía que la temperatura descendía y la jornada se hacía más corta se agrupaban y esperaban todas atentas a que ocurriera algo. Llevaban días engordando y sintiendo que sus cuerpos eran distintos, pronto iban a darse cuenta que lo que les pasaba a cada una de ellas le sucedía a todas al mismo tiempo. Sin aviso la turbación se empezó a calmar en la medida en que se fue incrementando un rumor que se convirtió en rugido, empujándose las unas a las otras emprendieron el camino como cada año. Esta vez a contraviento de aquella sensación tan fuerte y atrayente que era guía imprescindible, placentera siempre en la ida aunque un tanto incómoda en la vuelta.
La de más experiencia ocupó el hueco en el extremo adelantado, las demás la seguían entregadas. Ya fuera hacia arriba o hacia abajo, afuera o adentro, izquierda o derecha, todas eran fuente y destino de una única voluntad, convertidas en un solo cuerpo avanzaban hacia el lugar tan ansiado por muchas como inédito para otras, pero para todas una necesidad que completaba un nuevo ciclo de vida. Así agrupadas se hacía más fácil el camino, con menos esfuerzo se progresaba sin temor a enflaquecer porque juntas eran mucho más que la suma. El instinto no fallaba, pero la experiencia era igual de importante, por eso las más jóvenes se deslizaban hacia atrás para que las más veteranas fueran adelante. Para los imprevistos entonces el relevo era rápido y sencillo y así cualquier peligro se subsanaba de inmediato. 
Llegaron al final y poco a poco se fueron acomodando, todas a la vez y sin que nadie faltara, sin que nadie sobrara. Será la naturaleza la que provea de energía a todas y a todas excitará para que vuelvan a desandar el camino a la espera de su eterno retorno.
Javier González Delgado

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